Un muerto viviente llamado música

Muchos de los factores que influyen en el comportamiento de la sociedad vienen a través de los medios de comunicación, quienes muestran una serie de estereotipos que en poco tiempo se convierten en novedades y guías de conducta para la cultura popular. Por este motivo muchas corrientes son desvirtuadas en el ámbito artístico y pasan a un segundo o tercer término, haciéndose más difícil su distribución y aceptación por parte de una sociedad a la que tampoco le importa mucho la búsqueda de otras opciones de entretenimiento musical o intelectual. A consecuencia de ello hoy es un verdadero problema el definir palabras como artista, músico, compositor, etc. pues la opinión popular es al final la que determina y nutre cada uno de los conceptos que se utilizan en la vida cotidiana independientemente de su veracidad o falta de argumentos. Por otro lado, en un sentido particular, la comunidad musical se ha dividido en sectores que alejan a sus exponentes aún más de lo que por cuenta propia ya se encuentran en lugar de unificar ideales y acrecentar las posibilidades de éxito para todos.

Aún en un país en donde la cultura es más escasa que la honestidad y más pobre que sus habitantes, el mundo de la música es un vasto universo de posibilidades dentro de sus géneros e interpretaciones. Sobre ella hay infinidad de opiniones y puntos de vista en cuanto a qué es o quiénes son sus verdaderos exponentes además de ser una de las artes más variadas y tergiversadas en cuestiones de significado, descontextualizando en la mayoría de las veces su función principal, que en mi opinión es, la de formar mejores personas. Sin embargo, debido a la desinformación de la que está impregnada la población existen muchas polémicas en cuanto al contenido letrístico de algunos géneros musicales no comerciales que son catalogados como una mala influencia para la juventud o culpados de atentar contra las buenas costumbres de ciertos círculos. Una paradoja absurda y vacía siendo que la mayoría de la música que llega hasta la comodidad del hogar vía radio y televisión es música que trata sobre el consumo abierto de drogas, violencia, narcotráfico y misoginia, donde los principales exponentes muestran una forma de vida llena de excesos y desinhibición pública, donde se expone una inmensa ignorancia y desinterés social, la música que minimiza al hombre o a la mujer como ser humano, una música de espíritu artístico pobre. Sin llegar a la subjetividad que nos imponen conceptos como bueno ó malo hablo de valorar una música de calidad independientemente del género, tampoco se trata de limitar nuestras posibilidades encerrándonos en uno o pocos géneros musicales sino de aprender a encontrar un contenido rico en aspecto simbólico, técnico y melódico, una música de contenido veraz, consciente, objetivo y profundo; con verdaderos mensajes, el hacer conciencia sobre nuestra realidad y tomar a la música como un medio de defensa para la tan lastimada humanidad.

No debemos caer en el juego de personajes desechables que aspiran al mundo de la música de forma sencilla y barata, quienes desvirtúan los conceptos y generan un deterioro irreparable a la profesión además de alimentar el bajo nivel cultural de nuestra sociedad. Hablo también de aprovechar a la música como medio de información y nutrición humana, la música como un comunicador más poderoso que cualquier otro medio ya sea impreso, oral o digital. Y no se trata de quitarle diversión o alegría haciéndola fría y de contenido rígido, ni tampoco de caer en el error de
estereotipar a otros géneros musicales, dividiendo o desvirtuando. Se trata de apreciar el entorno, es poner un grano de arena para que la música, sea cual sea su género, crezca en contenido simbólico y actitud. La música no tiene la culpa de los errores humanos. Los géneros musicales no tienen la culpa de la ignorancia del hombre. Cualquier instrumento musical es mejor aliado que las armas, ningún contenido letrístico debe humillar o fomentar la violencia física o psicológica, debemos recordar que los artistas van mucho más allá de un concepto ultrajado y sepultado por la sociedad. Hablo de crecer y exigir una música digna para cada persona.
¿Y tú qué opinas?...

Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de Mr.CD


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